En anteriores entradas hemos hablado sobre TDAH y algunos agentes claves como la implicación de las familias y los profesionales de la educación. Hoy nos gustaría adentrarnos un poco más en este tema y profundizar en algunos aspectos determinantes como son el desarrollo de las funciones ejecutivas y la influencia que los padres y madres tienen en éste.
El TDAH se caracteriza por una dificultad para mantener la atención voluntaria frente a actividades, tanto académicas como cotidianas, unido a una dificultad en la autorregulación y el control de impulsos.
En este sentido, las funciones ejecutivas son procesos o actividades cognitivas cuyo objetivo es dirigir algunos comportamientos tales como el trabajo de la memoria, la autorregulación y la planificación.
El analizar, evaluar, decidir, resolver problemas…son procesos complejos que todo adulto realiza en su vida diaria y que están condicionados en base a una forma determinada de ver el mundo, es decir, conforme a unas construcciones mentales que hemos alzado y solidificado gracias en gran parte a la educación que hemos recibido. La normalización en el uso de estos procesos debido a su utilización rutinaria puede hacer que no lleguemos a apreciar la gran importancia y complejidad que tienen en nuestro día a día, pero son procesos básicos que nos define y que afectan a nuestra vida y a nuestro entorno. Si a los adultos a veces nos resulta complicado concentrarnos, planificar o resolver conflictos y tomar decisiones, imaginaos a un pequeño o pequeña con TDAH que está empezando a comprender el mundo que le rodea.

Así, el entorno cercano juega un papel fundamental, ya que las relaciones tempranas están estrechamente relacionadas en el desarrollo neurocognitivo del niño. Por ello, algunos de los comportamientos de los padres y madres que influyen en este desarrollo (en especial, en cuanto a la autorregulación se refiere) son:

Sensibilidad y empatía:

Dar respuestas coherentes y comprensivas a las conductas del niño o niña. Esto no significa que los padres se comporten como su hijo quiera; se trata más bien de comprender la visión del niño y conforme a ello dar una respuesta coherente como adulto.

Andamiaje:

Se trata de proporcionar a los niños y niñas estrategias de resolución de problemas que se adapten a su edad. El TDAH se caracteriza por una dificultad en el control de los impulsos, por ello es fundamental que los padres ayuden a sus hijos a resolver conflictos de una forma tranquila y pacífica, sobre todo dando ejemplo en las actividades cotidianas.

• Diálogo adaptado:

Es importante cada una de las palabras que los padres y madres utilizan cuando hablan con sus hijos, pues al comunicarse con ellos les están ofreciendo casi sin darse cuenta herramientas con las que comunicarse con su entorno de una forma adecuada, pues el lenguaje que empleamos no sólo tiene un gran poder de tranquilizar al otro que nos escucha, sino también de tranquilizarnos y controlarnos a nosotros mismos.

En efecto, las relaciones tempranas influyen en el desarrollo de las funciones ejecutivas, tanto en el desarrollo de la memoria de trabajo como en las herramientas para resolver conflictos o el control de los impulsos, por ello es importante la comunicación entre educadores, padres y madres, ya que éstos primeros pueden ayudar a los segundos a emplear estrategias educativas adecuadas para un buen desarrollo del niño.
Os dejamos por aquí un estudio muy interesante sobre los comportamientos influyentes en el desarrollo de las funciones ejecutivas de los hijos en los primeros años de vida.

En las próximas semanas seguiremos hablando en más profundidad y os intentaremos ofrecer algunas estrategias y consejos :).

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