A menudo se incide sobre la importancia de un buen diagnóstico del TDAH así como una intervención individualizada y adaptada. Algunos padres y madres sospechan que su hijo pueda tenerlo o reciben algunos comentarios de los profesores acerca de sus comportamientos que les puede inducir a la sospecha.

La búsqueda de información a través de internet puede ayudarnos a complementar lo que ya sabemos o a establecer contacto con profesionales especializados; no obstante, es bueno saber que los centros educativos cuentan con sus propios protocolos de intervención.

Cada comunidad establece un protocolo de actuación entre Sanidad, Educación y, en su caso, Asuntos Sociales, para el tratamiento y el diagnóstico del TDAH en España.
Estos documentos regulan las actuaciones conjuntas y procedimientos de intervención con los niños y niñas que puedan presentar algunos trastornos conductuales y sus familias, desde la primera fase de detección temprana y diagnóstico a una segunda fase de intervención más especializada.
En estos protocolos pueden existir hasta 3 niveles de coordinación:

        1. En el entorno inmediato del menor(familias, profesorado, pediatra…)
        2. En el ámbito provincial.
        3. En el ámbito autonómico.

Sin embargo, estas dos últimas se activan cuando ya se han agotado todas las medidas y recursos disponibles en el primer nivel y cuando el caso obliga a la coordinación con otras áreas.

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Fase de detección temprana

Cuando el profesor o profesora, o cualquier otro profesional del ámbito educativo observe en sus alumnos una continuada presencia de conductas disruptivas, agresivas o de déficit de atención, el equipo docente puede poner en funcionamiento las medidas educativas pertinentes para mejorar la actitud del niño o niña.
Así mismo, si el padre o madre observa este tipo de conductas en casa, puede informar al tutor o tutora para que ponga en marcha las medidas. Éstas pueden abarcar adecuaciones en la gestión del aula, un ajuste curricular, programas de modificación de la conducta, mediación, etc.

Evaluación psicopedagógica

Si tras haber aplicado estas medidas (en Andalucía por ejemplo se da una orientación aproximada de 6 meses) no existe una mejora en las conductas del niño o niña, se realizará, siempre con el consentimiento de las familias o los tutores legales, una evaluación psicopedagógica por parte del Equipo de Orientación Educativa, en el cual se propondrán los recursos y la respuesta educativa más adecuada.

Derivación

Cuando en la evaluación psicopedagógica se compruebe que el niño o niña podría presentar algún trastorno de conducta, el orientador u orientadora, asesorados por el Equipo de Orientación Educativa y con el consentimiento de la familia, trasladará el caso a los servicios de salud (pediatra u otro médico de atención primaria) para su diagnóstico y en su caso, tratamiento. Esta derivación se hace a través de la familia y acompañándose de un informe.
Cuando no existe consentimiento de la familia, el tutor debe explicar la conveniencia del procedimiento de valoración para una adecuada intervención con el menor, y si esta falta de consentimiento persiste, entonces la dirección podrá dar traslado del caso a Servicios Sociales.
A su vez, el profesional del equipo de Salud, trasladará la información sobre la valoración y el tratamiento al Equipo de Orientación Educativa del centro (información que debe trasladarse por parte de la familia) y que será incorporada al expediente del niño o niña).

Intervención

Cuando ya existe una confirmación diagnóstica y se han detectado las necesidades específicas de apoyo educativo, se elaborará un Plan de Intervención Educativa, basándose en los principios de normalización, inclusión y sectorización de los recursos que incluirá un seguimiento del niño, adaptaciones metodológicas en el aula, programación individualizada de actividades (entrenamiento de habilidades sociales, mejora de la capacidad de atención, etc.), así como la coordinación y el seguimiento con la familia y con el resto del equipo docente.

Como veis, hay una regulación muy detallada sobre cómo se debe actuar ante la sospecha de un caso de TDAH desde el propio centro escolar. Así pues si tenéis alguna duda, no dudéis en acercaros a los tutores de vuestros hijos para preguntarles sobre estos protocolos de intervención.

 

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