Este post va a ser algo más personal que de costumbre. Soy Vanesa Ortega, la fundadora de Click&Teach y además de un familiar con TDAH, tengo Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Después de trabajar mucho con familias con hijos con TDAH pude aprender que la ansiedad también se encuentra presente en el TDAH (claro, no iba a ser ninguna excepción) y que además, la comorbilidad entre TDAH y Trastornos de Ansiedad suele ser bastante alta. Así que, yo, que convivo con la ansiedad desde que tengo uso de razón decidí que tal vez podría explicar aquí qué me ayuda a calmarme y cómo trabajo con ella. No sé si servirá de inspiración para familias con hijos con TDAH o adultos que tengan el trastorno. Eso, como siempre, dependerá de cada persona porque en Salud Mental las estrategias que sirven para uno no tienen por qué ser adecuadas para otros, pero si puedo aportar mi granito de arena me sentiré más que aliviada.
Quiero aclarar que una de las claves para conocerme más y poder mejorar ha sido mi terapia. Encontré una psicóloga maravillosa que me ayudó mucho y gracias a ella puedo poner en práctica cada estrategia. Y, por supuesto, tomo mi medicación cuando toca. Digo esto para dejar claro que, como todos, he necesitado un trabajo previo antes de poner en práctica lo que os voy a contar y eso es necesario dejarlo claro.
Dicho todo lo anterior, me gustaría compartir con vosotros algunas de mis estrategias. Esas que aplico día a día y que me ayudan a calmarme y trabajar.
1.- Tener un Bullet Journal para mi salud mental
Tengo una pequeña libreta donde llevo un registro de los hábitos que sé que me ayudan a ser más estable. ese registro me ayuda a ver cómo avanzo, pero también a saber si tengo que mejorar en algo. Respecto a esto hay que tener cuidado: no se trata de usarlo como una forma más de agobiarnos porque no hemos cumplido con lo que queríamos. Si os va a generar más ansiedad, es casi mejor aplicar otras estrategias.
Os dejo una foto con cómo hago yo mis registros. Cuando algo no ha ido como quería o no he podido seguir un hábito, suelo escribir por qué a modo diario. También escribo qué cosas me generan ansiedad y qué cosas que he hecho en el día me han calmado. Esto me ha sido muy útil para la siguiente estrategia que voy a contaros :).
Aquí tenéis como plantearos el bullet journal en salud mental.
2.- Haz una lista con todo lo que te relaja
Cuando digo todo es todo. En la mía esta desde beber agua, hasta limpiar o maquillarme. Esa lista es mi recurso al que acudir cuando siento que empiezo a tener demasiada ansiedad. Escojo lo que me venga bien en ese momento: si estoy fuera de casa bebo agua, si tengo tiempo salgo a dar un paseo… Así puedo escoger entre gran variedad de ideas y siempre tengo un recurso a mano.
Esta lista la tengo incluída en mi bullet journal, que al ser una libreta pequeña siempre puedo llevar conmigo.
También os aconsejo que, si acudís a terapia, tengáis una lista de ejercicios que os enseñan. A mí me ha venido bien recordarlos en ciertos momentos para poder aplicarlos. A veces todo lo que hablamos con nuestro/a psicólogo/a puede terminar quedando en el olvido, así que yo apunté las actividades que me aconsejaba hacer en cada momento, así siempre recuerdo cómo hacerlas :).
3.- Ten este post a mano.
Yo lo traduje al castellano en el bullet journal. Es una forma más de tener opciones para relajarte y la verdad, me pareció muy interesante. Creo que es ideal para esos momentos de agobio, me parecieron buenas estrategias que no debemos perder de vista.
4.- Hacer un moodboard.
Un moodboard es un espacio (folio, cartulina, tablón, pared…) en el que tener expuestas cosas que nos inspiren. Básicamente es un muro de inspiración que podemos ver cuando estamos agobiados. En mi caso, estoy haciéndolo en la pared de mi despacho y está lleno de citas de personas que me inspiran y de alguna que otra imagen. Además, en mi agenda tengo uno más pequeño donde también tengo imágenes de retos que he conseguido y que me ayudan motivarme.
Podéis buscar ideas en Pinterest y hacer el vuestro :).
5.- El tarro de emergencias.
No sabía como llamarlo, pero este año decidí pedirle a amigos y conocidos que me dejasen mensajes para ayudarme en los momentos en los que lo necesito (incluso algún desconocido se ha unido en Twitter). Todos los mensajes los guardo en un tarro para, en el momento adecuado, abrir el tarro y coger uno. Así, durante 2017 tendré mi propio «rompa el cristal en caso de emergencia», aunque solo tendré que abrir el tarro, claro.
Espero que las estrategias que estoy usando os sean útiles. Añadir que también estoy empezando ahora mismo con otras, como escribir un diario todas las mañanas con lo primero que se me viene a la cabeza o tener una libreta donde apunto todas las ideas que tengo en mente para procurar tener mi cabecita libre y no agobiarme demasiado o sentirme «pesada».
Cada vez que hablo de mi salud mental en público no puedo evitar sentirme algo mal. Conozco personas que me dirían que son cosas que no tienen por qué saber el resto. O que, simplemente, no debería asumir que mi ansiedad va a acompañarme siempre. La verdad es que no me planteo si siempre estará ahí o no. Solo sé que ahora mismo me acompaña, y tengo dos opciones: aceptarla y trabajar o negarme a tenerla en cuenta. No se trata de recrearse en la ansiedad, pero tampoco de negarla. Tenemos que aceptarnos. Y ese es el mensaje que me gustaría que se captara en esta entrada.
Personalmente, poner nombre a un trastorno y hablar de ello en público es una forma más de trabajar por eliminar estigmas. Y si con este post aporto mi pequeño granito de arena, si con él os dais cuenta de que lo que os pasa no es nada raro, si os sentís parte de algo en lugar de alejados de la «»normalidad»» que la sociedad transmite, entonces me quedo contenta.
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