Cada día te levantas más temprano de la cuenta para que tu peque pueda seguir su rutina. Para poder prepararte tú y ayudarle a prepararse. Sabes que algún día no hará falta, pero si no lo haces, puede que se nos olvide algo importante. Vives con tu agenda y la de tu hijo pegadas a la mano. La libreta en la que apuntas todas las dudas que preguntarle a los profesionales de la Seguridad Social que ven a tu hijo cada tres meses (con suerte) se ha convertido prácticamente en un apéndice tuyo.

Trabajas cada día sabiendo que, en algún momento, podría llegar una llamada del cole porque ha pasado algo. Por que sí, hay colegios que entienden lo que ocurre pero otros… bueno, digamos, que en otros todo es mas difícil. Sabes que tu hijo es impulsivo, que por su déficit de atención los accidentes domésticos son más que frecuentes, que puede que hoy haya vuelto a discutir con algún compañero o que, simplemente, vuelva del cole con la autoestima rota. Sabes que en casa la situación va a ser la misma. Y en el parque. Y con los abuelos y los tíos. Sabes que el TDAH no se acaba cuando sale del colegio.

 

Querida mamá...

 

¿Y qué me dices de cuando vuelves a casa? Muchas habéis dejado vuestro trabajo por estar cerca de vuestros hijos. Por ayudarles. Pero la verdad es que no habéis dejado nunca de trabajar. Os habéis convertido en terapeutas sin querer, acudís a todas las charlas que organizan vuestras asociaciones (¡benditas asociaciones!) y cada día entráis un ratito a esos grupos de Facebook que tanto nos ayudan a desahogarnos. A esas publicaciones que nos hablan sobre TDAH y autoestima, sobre cómo implementar rutinas en casa, cómo hacer que sean cada vez un poquito más autónomos… Y entonces, a veces, acabáis encontrando el famoso titular que ni yo ni vosotras vamos a mencionar hoy. Un titular que se atreve a negar la existencia de algo que vivís cada día.

Desde que creé el proyecto, he hablado con muchas, muchísimas madres. Todas con el mismo perfil y la misma preocupación: que sus hijos sean felices. Todas sintiéndose culpables y pensando que no hacen suficiente. Pero creedme, desde mi punto de vista, hacéis más que lo suficiente. Os preocupáis, os desvivís por tener información, por saber cómo actuar. No dejáis nunca de trabajar para que vuestros hijos sonrían más cada día y eso, es mucho.

No tenéis la culpa de que la información de calidad sobre TDAH acabe mezclada con información falsa y poco contrastada. No tenéis la culpa de que vuestros hijos no puedan acceder a una atención pública de calidad en Salud Mental. No tenéis la culpa de que algunos colegios no comprendan el trastorno. Hacéis todo lo que podéis, lo mejor que sabéis hacerlo y no se me ocurren personas menos culpables de lo que pasáis día a día que vosotras.

Este no es el tono habitual de este blog, y tal vez para algunos suene dramático. Pero si lo escribo es porque mi madre también es una de vosotras. También ha sentido que tenía la culpa, que no hacía lo suficiente y que hacía las cosas mal. Y… no hay cosa que me parezca más injusta.

Por eso, hoy, queríamos deciros que no, que no tenéis la culpa de nada. Que a veces trabajamos en ayudaros con el TDAH que tienen vuestros hijos e hijas, pero no nos damos cuenta de que vosotras también necesitáis ese soplo de aire fresco, ese empujón que os diga que lo estáis haciendo lo mejor que podéis.

Hoy, queríamos daros ese empujoncito, ese homenaje que creo que necesitáis.

Sabemos que para vosotras no es fácil pensar así pero, queridas mamás, de verdad…

No tenéis la culpa.

21 respuestas

  1. Todo es tan cierto, muchas gracias por reconfortarnos, la verdad es muy necesario creernosla que si lo estamos haciendo bien y que no somos culpables.

    1. Claro que sí. Al fin y al cabo cada uno hace lo que está en su mano para que hijo/a crezca feliz. Y vosotras os esforzáis al máximo.
      ¡Un abrazo Berenice!

  2. En mi caso, el que ha tenido que hacer muchas cosas de las que mencionan aqui ( incluyendo dejar de trabajar y que por ser hombre es mal visto) es mi esposo. Asi que mi reconocimiento va para el.  Si no fuera por su apoyo a mi ya me hubieran dado de baja en el trabajo, por el esfuerzo tan demandante que necesitan nuestros peques. Asi que mi reconocimiento a todas y todos.

  3. Muchas gracias por los ánimos. Espero que igual que tú, que entiendes a tu madre y valoras su esfuerzo, algun dia mi hijo sepa ver todo lo que hago, he hecho y continuaré haciendo para atudarle y que sea feliz, y una buena persona.

  4. Ayer me acosté pidiendo a Dios que me de paz en lo que tengo que hacer para ayudar a mi hijo y poder tomar decisiones que sean lo mejor para el. Y hoy encontré este artículo y me siento aliviada y reconozco que no soy perfecta y que no puedo predecir el futuro y que voy a equivocarme pero aún así voy hacer lo mejor que pueda para mi hijo. Gracias por el artículo me animo mucho.

  5. Muchísimas gracias por los ánimos , realmente los tenía por el suelo y creía que nada era suficiente , que quizás no era suficiente lo que hago día tras día, muy desanimada volví del colegio de mí nena al ver que lloraba por no querer quedarse (ya que repitió el año pasado y aún así los nuevos compañeritos van más adelantados que ella y eso la frustra demasiado) eh intentado todo y rompo en llanto de la desesperación de no saber que hacer , pero me salto este artículo y me dio más ánimos, mil gracias

    1. Hola Nancy,

      mil gracias a TI por luchar cada día. De verdad. Y gracias por tu comentario, no sabes cómo de felices nos hace saber que estamos haciendo algo bueno para alguien. Si necesitas cualquier cosa estamos aquí y en nuestra web tienes recursos que igual te ayudan. Un abrazo enorme.

    1. BRAVO.
      Claro que sí, por ellos todo <3. Eso sí, recuerda que tú también eres importante y que mereces tus autocuidados, ¿sí? Muchas gracias por comentar, Lourdes, estamos aquí para lo que necesites 🙂

  6. Milll y un gracias, Dios te bendiga, aunque no escribo mucho entro constantemente y confieso que algunas veces he llorado por la impotencia de no poder hacer algo más por mi hijo, ahora cuenta con 15 años y pasa al bachillerato, sin embargo el camino no ha sido fácil, soy de esas madres que han dejado su trabajo y con gusto lo volveré hacer. Felicidades por tu labor.

    1. Alma, ¡no me des las gracias! Mi trabajo es este y lo hago con gusto, de verdad. Gracias a ti por seguir luchando cada día.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.