Los que nos seguís sabéis que, a través de nuestra plataforma podéis recibir asesoramiento y resolver vuestras dudas en TDAH. Algunas de ellas eran sobre la comorbilidad entre TDAH y TEA, así que hemos querido hacer un post con algunos conceptos básicos.

Introducción al Trastorno del Espectro Autista

Cuando hablamos de Trastorno de Espectro Autista nos referimos a un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por los siguientes síntomas, que suelen estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo y causar un deterioro significativo en las áreas sociales, familiares, etc.:

Hasta aquí, el DSM V nos explica qué es el Trastorno del espectro autista y cómo debemos entenderlo. Anteriormente, el DSM IV nos hablaba de Trastornos generalizados del desarrollo y, en estos nos hablaba de cinco subtipos: trastorno autista, síndrome de Asperger, Trastorno desintegrativo infantil, Trastorno generalizado del desarrollo no especificado y síndrome de Rett. Actualmente, en el DSM V, se sustituyen estos subtipos (salvo el Síndrome de Rett, que ya no forma parte del actual TEA) por una única categoría general con tres grados de gravedad de síntomas (que además, tienen diferentes necesidades de apoyo según el grado):

Comorbilidad entre TEA y TDAH

Actualmente, las cifras en torno a la comorbilidad en TDAH indican que aproximadamente un 30% de los niños y niñas con TEA tienen síntomas de TDAH.

Cuando se da esta comorbilidad, las dificultades de intervención son mayores. Es necesario un plan específico que se adapte a cada caso concreto (dependiendo del nivel de TEA y del subtipo de TDAH del que estemos hablando) y, sobre todo, es importante que desde la familia, centro educativo y entorno del niño o niña, no sólo se tenga la información adecuada si no que también se actúe de forma sincronizada y coherente.

Tal y como dicen desde Autismo Diario en su artículo sobre el tema (cuya lectura os recomendamos) es necesaria más investigación en la comorbilidad entre TEA y TDAH. Es algo fundamental no sólo para conocer más estos casos, si no para conocer fórmulas de intervención en los mismos, aunque, como hemos dicho, es necesario evaluar cada caso para establecer una intervención y pautas a seguir.

Mucho más que una lista de síntomas

Os pedimos que uséis esta información de forma responsable.

Queremos recordaros que este post pertenece a una serie de entradas. En ningún caso podemos reducir un trastorno o su diagnóstico a una lista de síntomas, pero conocerlos nos ayuda a comprender más a las personas que lo viven. Poco a poco iremos ampliando nuestro contenido sobre TEA ¡atento a nuestro blog!

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