Un alto porcentaje de niños y niñas con TDAH tienen problemas con su rendimiento escolar debido, además de a las propias características del trastorno, a la existencia de dificultades del aprendizaje. En esta entrada, hablaremos sobre las dificultades en la lectura.

Podemos enumerar los errores que según el libro editado por Fundación Adana «El Alumno con TDAH» podemos encontrar en los niños y niñas con dificultades lectoras pero además, es importante incidir en la importancia de la motivación por la lectura ante estas problemáticas. Es necesario trabajar la desmotivación lectora como una problemática a resolver, tanto en el aula como en casa, pues, si conseguimos motivarles en torno a la lectura, daremos un gran paso para trabajar en la resolución y prevención de las diferentes problemáticas que suelen darse.

En este sentido hemos de plantear desde el aula actividades de lectura sencillas y que supongan un papel activo del alumno. Podemos apoyarnos de materiales o herramientas que nos ayuden a motivarles a la lectura además de dar elegir al alumno el libro que desee leer en lugar de establecer el mismo libro de lectura para todo el grupo – clase. Esto último ya se hace en bastantes centros y, en los mismos, la mejora de los hábitos de lectura en sus alumnos ha sido notable.

En casa, el proceso debe ser el mismo. Hemos de ser capaces de seleccionar lecturas que motiven a los hijos e hijas, que sean de su interés y puedan dedicar tiempo a ello sin sentirlo como una obligación más. Además, teniendo en cuenta el TDAH, es importante que establezcamos tiempos de lectura cortos y que leamos juntos convirtiendo la lectura en un proceso más activo. También es importante que la lectura forme parte de las rutinas que ya tendremos establecidas en casa.

Las propias características del TDAH dificultan la capacidad lectora. Así, la impulsividad, hiperactividad y dificultad para mantener la atención harán que la tarea lectora de por sí sea complicada. Sin embargo, como señalábamos anteriormente, las Dificultades de Aprendizaje suelen darse junto con el TDAH. A continuación, podemos observar algunos de los errores típicos que se dan al respecto en la lectura:

Omisión

No leen partes del texto, ya sean palabras, sílabas, letras o frases completas. Así, el niño o niña no termina de comprender correctamente el texto o comprende algo diferente a lo que decía.

Ejemplo:

«Mi hermana compró caramelos y zumo» – «Mi hermana compró caramelos y zumo«

En este sentido, se nos recomienda desde la guía práctica para educadoras «El alumno con TDAH» ofrecer premios tras leer palabras o frases completas, acordando previamente con el alumno el premio recibido. También podemos usar estrategias que nos permitan que puedan estar más atentos al texto, como esconder en el mismo una palabra clave o un símbolo que deban buscar.

Dificultades de comprensión lectora

En el TDAH, la dificultad para leer una secuencia de tareas y textos suele ser bastante habitual. Así, ante un texto es posible que, aunque lo leamos, no lleguemos a asimilar el significado del mismo.

En este sentido, recomendamos adaptar los textos de forma que queden cortos y hacer seguimiento durante la actividad: leemos un párrafo y reflexionamos sobre lo que hemos leído, volviendo a leer si necesitamos ayuda, o incluso realizar actividades donde los niños tengan que dibujar o teatralizar el texto que acaban de leer. Así, les motivaremos ofreciéndoles un papel activo durante la lectura. Desde «El alumno con TDAH» nos aconsejan, además, que pidamos al niño o niña que rodeen con un círculo aquellas palabras que remarcan la acción que deben seguir, por ejemplo:

«Rodea con un círculo las vocales de la siguiente frase»

read-1342499_1280

 

Adiciones

Se dan cuando se añaden letras, sílabas o palabras a la lectura. Así, añaden información extra a lo que están leyendo. En ocasiones, las adiciones no cambian el significado del texto, pero, en otras ocasiones, pueden hacerlo, llegando a ser un problema que puede dificultar la comprensión lectora.

En este sentido, también se recomienda usar premios cuando la lectura sea correcta.

Sustituciones

Se sustituye una letra, sílaba o palabra con otra, de forma que, el texto acaba perdiendo su significado original. Un ejemplo bastante claro sería:

«Dame la pala» – «Dame la bola«

Aquí también conviene aplicar la intervención con premios, aunque existen fichas de actividades en las que podemos poner palabras parecidas y pedir que pensemos en el significado de cada una de ellas, escribir las palabras o moldearlas con arcilla o plastilina, siendo conscientes así de las diferencias entre unas palabras y otras.

Confusiones entre grupos de consonantes

Otra de las dificultades que más suelen darse son las confusiones entre grupos consonánticos, como bl/pl. En este sentido, se recomienda leer algunas palabras que incluyan estos grupos, y, al igual que recomendábamos con las sustituciones, realizar actividades que nos permitan ser conscientes de las diferencias entre los grupos que se suelen confundir.

Rechazo hacia la lectura

Antes hablábamos de la motivación hacia la lectura y algunas estrategias en el aula y en casa. En ocasiones, a la baja motivación se unen problemas de ansiedad o baja autoestima por los que se rechaza participar en lecturas. Así, hemos de crear un ambiente confianza en el que se sientan seguros, no emitir juicios e intentar ver los errores como una oportunidad de aprendizaje más que como un problema.

Desde la guía práctica, nos aconsejan además comenzar leyendo textos cortos, compartir la lectura y, en caso de problemas a la hora de leer en grupo, acordar el fragmento que le tocará leer para que pueda preparárselo antes e ir ganando confianza.

Es importante, además, involucrar a todo el grupo en el refuerzo positivo, así, cada vez que un alumno o alumna lea, todo el grupo podrá felicitarle o aplaudir.

Lectura demasiado lenta o rápida

Otro problema bastante habitual. En ocasinones, la lectura es demasiado lenta o se pronuncian poco a poco todas las sílabas o demasiado rápida, sin pronunciar correctamente e incluyo saltándose partes del texto, dificultando así la interiorización de la lectura. En este sentido es importante marcar un ritmo, procurando que la lectura se vaya ejercitando con el ritmo correcto día tras días y, claro está, reforzando positivamente este entrenamiento.

Nos perdemos leyendo

Cuando, al leer en grupo, los alumnos/as se pierden entre las líneas, podemos usar un cartón señalador, como nos indican en la guía práctica o realizar acuerdos previos para que, aunque ellos sigan la lectura igualmente, sepan qué parte les tocará leer.

 

Por último, es importante tener algo en cuenta: si queremos motivar hacia la lectura y resolver problemas, hemos de aplicar metodologías al aula que nos permitan trabajar con ella. No podemos pretender que a todos los niños y niñas les motive la misma temática, o que acaben leyendo textos demasiado largos. Acercar a los niños y niñas a la lectura significa hacer que sean protagonistas de la misma, así, hemos de plantear actividades disruptivas en el aula, que nos permitan hacerlas más dinámicas, participativas y, sobre todo, inclusivas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.