Los que nos leéis asiduamente sabéis que cuando tenemos una experiencia nueva en el proyecto, hacemos un post contándoos cómo ha ido y esta vez no iba a ser menos: el fin de semana del 10 al 12 de Julio estuvimos en un lugar privilegiado, Universitas Telefónica, formándonos en autoliderazgo con Oxford Leadership Academy.

Este post va a tomar un cariz algo más personal que de costumbre, ya que la formación no se puede explicar sin sentimientos de por medio. Pero vamos a ello.

El viernes, llegó a Universitas Telefónica una chica insegura, con la motivación algo gastada y con algunos buitres a su alrededor que le recordaban todo lo que no podía hacer. Llegó con una mochila que no sabía qué contenía: sólo que la debía portar.

Nada más llegar a Universitas, todo se vuelve algo diferente. Comes, estás con los Think Biggers que sin saber, echabas de menos y la cosa empieza a cambiar. Ves el ambiente, la fuente con sus peces, tortugas y ranas, miras el paisaje, te das cuenta de que hay pistas deportivas, bicicletas, patinetes… Y te sale una sonrisilla.

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La chica terminó de comer y la llevaron al plenario. Un aula llena de mesas redondas donde tanto ella como sus compañeros se sentaron. Ya se notaba como el ambiente en general iba tomando un matiz más alegre y la motivación empezaba a subir. Sube alguien al escenario, hacen la bienvenida, y nos comunican que van a dejar que nos hable una persona muy especial. Nos explican su trayectoria, y entonces, sale al escenario: es Pedro García Aguado. El Hermano Mayor de esos jóvenes algo perdidos en nuestro país que hemos visto por televisión.

Pedro nos enseña que el éxito, a veces también conlleva fracaso. Nos enseña a no perder nunca nuestro lado más humano y a no caer en una espiral de la que es difícil, muy difícil salir. Nos enseña a valorar lo que tenemos a nuestro lado y a no olvidar nunca su compañía. A aguantar en los momentos difíciles sin ayudas perjudiciales para nuestra salud. Y es que, aunque parezca muy obvio recordar esto último, no hace falta decir que al ser humano a veces se le olvida.

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Termina Pedro y tenemos la oportunidad de hablar con él, de hacernos fotos y de tomarnos un café de descanso, y llega la presentación del programa, por parte de Regino, de Oxford Leadership Academy. Y en seguida, casi sin darnos cuenta, comienza todo.

La chica escuchó todo lo que decía Regino: teníamos que reflexionar sobre los hechos de nuestro pasado, hacer una línea con las subidas y bajadas de nuestra vida y analizar cómo no comportábamos en cada momento, sacar nuestros patrones, entender nuestra conducta, en definitiva, comprendernos. Y así lo hicimos: trabajamos en pequeños grupos, en mi caso, Jesús María fue nuestro facilitador y Rosó, Enric, Sergio, Borja y Lucía mis compañeros de grupo. Esos con los que compartí mi línea de vida, mis patrones, mi todo. No os voy a engañar, no fue fácil hacer la línea y no recrease en los bajones, pero de pronto te encuentras a ti misma contándoselo a un desconocido y ves que al final, los bajones son de todos y de todos hemos salido.

Entre paseos en patinete nocturnos y muchas risas, llega el sábado. Tras desayunar, comienza el día: reflexionamos sobre lo que hicimos el día anterior y comienza un nuevo bloque: Propósitos y valores. Y así, empezamos a pensar en los para qué. ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué quiero hacer? ¿Cuál es mi propósito? y reflexionas sobre aquellos valores que guían tu comportamiento, que te hacen ser como eres, seguir adelante y plantarte cuando te plantas. Así trabajamos en pequeño grupo y, aunque para la chica insegura parecía algo complicado, termina encontrando sus para qués y haciendo su jerarquía de valores.

Continúa el día y empezamos a pensar en nuestro futuro. A pensar en cómo queremos vernos. Nos escribimos una carta a nuestro yo futuro para que no se nos olvide lo que queremos. Pensamos en un símbolo que nos haga recordar precisamente eso, lo que queremos y necesitamos.  Y así, al final del día, empezamos a trabajar en nuestras barreras.

No os voy a engañar, lloré al empezar a hablar de esto.

Lloré porque al final, lo que estás viendo es toda tu parte más negativa. Porque te das cuenta de que algo va mal (que ya lo sabías, pero ahora eres más consciente) de que hay cosas que solucionar y de que no eres tan fuerte como piensas (o sí, pero de otra forma). Empiezas a examinarte y descubres cuál es la raíz del problema y al compartirlo con tu grupo de trabajo lo ves: todos tenemos el mismo miedo. Y es ahí, cuando, sorprendentemente, te sientes mejor. Sientes alivio, por haber encontrado esa raíz, por conocerla, por entenderte un poco más que ayer. Sientes alivio porque al final, para solucionar un problema hay que conocerlo y tú acabas de hacerlo, aunque sea un poco.

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Y así, llega una fantástica noche en Universitas. Una noche con barbacoa, karaoke, risas, guitarras… Pero lo más importante: una noche donde todos nos conocíamos un poquito más, donde todos teníamos esa sensación de estar creciendo juntos.

Y llega el domingo. Madre mía, la chica insegura se despertó el domingo con el buitre completamente en silencio y pasmado por la situación. También con algo de ojeras, pero es que la chica los sábados de Think Big no suele dormir mucho aunque ese es otro tema…

Nos ponemos a trabajar en nuestros objetivos y planes, trazamos una estrategia: ahora que me conozco, ahora que sé como actúo, ahora que entiendo mis miedos… ¿qué voy a hacer? ¿cómo lo voy a hacer? ¿a quién quiero transmitir lo que he aprendido?

Como dije en la sesión final, donde todos compartimos algunas palabras: al llegar, Regino nos dijo que habían sensaciones y emociones, que no sabíamos expresar con palabras. Que estaban en nuestro estómago y que era muy difícil de expresar. Para mí, eso ha sido esta experiencia. Probablemente, ni aunque escribiese 500 posts sobre el tema, sería capaz de transmitiros nada. Pero seguiría teniendo en cada uno de ellos esa sensación en mi estómago.

No tengo más que dar las gracias a todos mis compañeros, porque este fin de semana también he aprendido de vosotros y creedme, ha sido fantástico. También gracias a Think Big Jóvenes, yo ya sabía lo que significaba estar dentro pero… a pesar de todo lo que me decían los embajadores, no podía hacerme una idea de todo esto. Y por supuesto, a mi equipo de superhéroes de Click&Teach, que nos lo hemos ganado.

Después de esta entrada laaarga como ella sola, me queda decir una cosa más: La 4ª convocatoria de Think Big Jóvenes está abierta. No sé si el blog lo leerán personas indecisas o que no conozcan el programa, pero si teneis una idea, por favor, presentadla.

Os lo pido por favor, porque vosotros no tenéis idea aún de lo que os puede cambiar la vida. No sabéis todavía que puede ser un punto de inflexión.
No sabéis que aprenderéis de todo, ni que en algun momento temblaréis con un micrófono en la mano para presentar vuestro proyecto. No sabéis todavía que os saldrá genial y que, probablemente, avancéis como emprendedores y como personas más de lo que pensáis.

Os lo pido por favor porque yo he vivido eso, y quiero que vosotros también lo viváis.

Podéis aplicar aquí 🙂

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