Desde que tengo uso de razón he visto a los demás asociar depresión a tristeza. He oído comentarios hablando de que una persona no podía tener depresión porque estaba tomando algo con unos amigos, o porque iba arreglada por la calle. Poco a poco, parece que ha ido calando ese mensaje en la sociedad. Si tienes depresión no puedes hacer más que estar triste.

Obviamente, este mensaje es de lo más dañino. Por un lado, parece que una no siente que tiene depresión hasta que no está todo el día triste. Por otro, se asocia depresión con tristeza. Pero hoy vengo a contaros de que la depresión es mucho más que eso.

Antes de comenzar con el artículo, me gustaría dejar claro que esta es únicamente mi experiencia. La comparto porque creo que hay personas a las que puede ayudar leerme, pero cada persona con depresión es diferente. Lo que me ayuda a mí puede no ayudar a otro. Mi experiencia puede ser totalmente distinta a la tuya. Tened mis palabras como una historia más y no como una especie de regla universal.

La importancia del entorno.

He tenido varias depresiones a lo largo de mis 28 años. Algunas graves y otras más leves. En algunas no me levantaba del sofá y en otras, simplemente, trataba de enfrentarme a mi vida lo mejor que podía. Actualmente tengo depresión. No es de las mejores que he tenido, pero tampoco es la peor. Tengo mi tratamiento y voy mejorando. Obviamente, he tenido mi «gran bajón» e intento cada día trabajar y hacer esas cosas que se supone que me gustan (digo se supone porque no siempre uno disfruta de ello).

De cara a muchas personas estoy bien. Tengo mi trabajo, llevo adelante PerspectivaMente, trabajo para otras personas como Freelance… pero normalmente ellos no ven los momentos de apatía y vacío. Esos en los que echas de menos sentir algo.

Como dice el título del post, tener depresión no es estar triste. La depresión hace que en muchos momentos no sepas qué sentir o cómo sentirte. Simplemente estás vacío, aunque estés rodeado de todos tus amigos y tengas la sonrisa de turno puesta. Desde luego con esto no quiero que otras personas con depresión o cualquier otro trastorno que me lea se sienta peor. Lo escribo porque creo que es importante que se entienda que no se trata únicamente de estar triste. Si no entendemos esto seguiremos reproduciendo esas afirmaciones que tanto se dan y a las que las personas con depresión ya no sabemos qué responder:

«Te estás recreando en ello, piensa en otra cosa y se te pasará».

«Solo tienes que ponerte en marcha y luego sale solo».

Bueno, ya, sabemos que si tenemos un día bueno vamos a hacer cosas. Claro. Pero cuando nos dicen este tipo de cosas es como si el resto del mundo pensase que esto es una opción. Que yo me aburría en casa y he decidido tener depresión. Nos hace sentir culpables, incomprendidos y lo peor (desde mi punto de vista): solos.

Afortunadamente, no todo el mundo es así y sí, hay bastante gente que está eliminando los mitos sobre la depresión de su día a día. Pero sin duda, aún nos queda mucho por hacer. Lo importante para nosotros es tratar de rodearnos de un entorno en el que sentirnos seguros y acompañados. Tener un círculo seguro (en persona u online) en el que sentir que eres comprendido y apoyado es muy importante.

Hemos de aprender a ver la depresión como lo que es en lugar de romantizarla o pensar en ella como una «tristeza crónica», de hecho, en general, hemos de eliminar todos los estigmas y mitos que rodean a la salud mental precisamente porque si nos sintiésemos apoyados y comprendidos por el entorno nuestro día a día sería mucho más llevadero.

No hay una depresión más válida que otra

Cada persona con depresión es diferente. Parece mentira que tenga que escribir esto, pero creedme, es necesario. He tenido depresiones que me han hecho estar todo el día en el sofá o en la cama. He tenido depresión y he podido salir con mis amigos. Tengo depresión y tal vez un día no me apetezca salir de mi manta y otro esté trabajando (o intentando trabajar). Ninguna depresión es más válida que otra. Nadie debería hacernos sentir más o menos válidos en función de nuestra actividad diaria. No eres una persona vaga por tener depresión. No estás mintiendo a nadie por tener depresión y salir con amigos.

Por supuesto, hay diferentes trastornos depresivos con sus diferentes grados, pero no hay validez de la que hablar aquí.

De la teoría a la práctica, lo que me ha ayudado

Podría hacer una lista de cosas que sé que me ayudarían: hacer ejercicio, tener una rutina, hacer vida social, tener mi «red segura», hacer cosas que me gusten… efectivamente, todo esto ayuda y mucho. El problema llega cuando no tienes suficiente energía para plantearte una lista de cosas tan amplia. En mi caso, siempre he querido aplicarlo todo al mismo tiempo: me levanto temprano, voy al gimnasio, trabajo, como, salgo con amigos, dibujo… No. A mitad de camino ya no tengo energía o ha pasado algo que me ha disparado los síntomas de la depresión. Claro que todo eso ayuda, pero hacerlo poco a poco y proponiéndonos avances que podamos llevar a cabo es importante para que no termine convirtiéndose en un arma de doble filo. Para que no terminemos convirtiendo esa lista de cosas que nos pueden ayudar en un disparador más para nosotros.

Lo que me ha ayudado a comprenderme y comprender cómo avanzar ha sido el apoyo profesional de mi psicóloga y mi psiquiatra. Gracias a ellas tengo mi medicación para estar más estable y sé como dar a mis emociones su lugar. He aprendido a exigirme lo justo (bueno, digamos que es algo que sigo aprendiendo) y a ir adquiriendo hábitos de esa lista poco a poco y sin presionarme si un día tengo una recaída.

Aprender a convivir con depresión (mientras está con nosotros, mucho, poco o todo el tiempo) es aprender a convivir con esos momentos de subida y bajada. Con épocas en las que nos cuesta salir de la cama y épocas en las que nos frustramos por no conseguir toda la lista de cosas que sabemos que nos ayudarían. Es pasar a comprendernos un poco más y buscar el equilibrio entre lo que podemos hacer y la teoría. Siempre intentando mantenernos más tiempo en equilibrio pero tratando de entender que a veces caeremos.

Es importante que en todo este proceso tengamos ayuda profesional. Que estemos acompañados por personas que con su intervención harán que poco a poco vayamos mejorando. Que poco a poco esa lista de teoría se convierta en una rutina diaria.

Por supuesto, mi experiencia no tiene por qué ser la vuestra. No quiero, para nada, que este post sirva para hacer comparaciones. Quiero, más bien, que las personas con depresión que me lean se sientan comprendidas y acompañadas y que las personas que me leen y que no tienen depresión se conciencien más sobre la misma.

 

Si necesitas ayuda, por favor, no dudes en acudir a tu médico y a los profesionales adecuados. También puedes acudir a asociaciones en tu zona que puedan ayudarte y darte recursos. No estás solo/a. 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.